El Jefe de Estado visitó la Madraza Mir Arab en Bujará.

Esta madraza tiene una historia de 500 años. De ahí salieron muchos científicos, imanes, muftis. Pero en el siglo pasado, su estatus ha disminuido al nivel de una institución educativa especial. Empezó la humedad en el edificio, no había suficientes libros.

Shavkat Mirziyoyev, que llegó aquí en 2017, vio la situación y se dispuso a restaurar el estatus histórico de la madraza. Para ello, se construyó y recientemente se puso en marcha un nuevo edificio junto a las murallas del Arca.

La madraza está diseñada para 200 estudiantes. Aquí estudian profundamente el Corán, los hadices, las ciencias del fikh y el tasavúf y los idiomas extranjeros. Hoy, 107 personas estudian en la madraza.

Se han creado todas las condiciones en las aulas, biblioteca, sala de reuniones, dormitorio de estudiantes y casa de servicio, gimnasio y piscina.

El Jefe de Estado conversó con estudiantes de la madraza.

“Hay muy pocas instituciones educativas con una historia tan larga. Creo que fue lo correcto mejorar las condiciones en la madraza y restaurar la justicia histórica. La esfera religiosa también obtuvo libertad como resultado de nuestras reformas democráticas. La apertura reina en el espacio de la información. Sin embargo, varias interpretaciones en Internet no tienen una base científica. Pero, ¿cómo transmitir este conocimiento a la frágil juventud? Las personas conocedoras como usted, nuestro imám-jatibs, deberían probar y explicar correctamente”, dijo Shavkat Mirziyoyev.

Se expresaron opiniones sobre la reforma del contenido y la mejora de la calidad de la educación religiosa, asegurando su integración con la práctica.

Acto seguido, finalizó la visita del Presidente a la región de Bujará. El Jefe de Estado ha regresado a Tashkent.

UzA